Cancún es una ciudad posmoderna, creada a partir de cero en el último tercio del siglo XX; fue concebida, por mentes de jóvenes profesionistas mexicanos (que promediaban treinta y tantos años) y que representa un esquema de ruptura con el pasado tradicional colonial de México, en el cual las ciudades fueron producto de la conquista de España, es decir, producto de una visión extranjera que en algunos casos aprovechó la traza de la ciudad indígena y recicló los materiales de los edificios prehispánicos, e hizo convivir en una plaza central (plaza de armas o plaza mayor) los edificios que representaban el poder del emperador y de la iglesia católica.
Pero Cancún, no es una vieja ciudad colonial, aunque la mayoría de los inmigrantes que decidimos adoptar esta ciudad, provenimos de ciudades de origen colonial, y esa ha sido una carga cultural para muchos que les ha pesado al llegar al paraíso de la posmodernidad, donde no hay plaza central (menos escudo de armas), ni la catedral y el palacio de gobierno conviven en ella. Es ahí donde surge un vacío existencial de identidad a tal grado que hasta los turistas extranjeros europeos dicen que Cancún no les gusta porque está muy americanizado o agringado como decimos nosotros.
Es entonces cuando las mentes comerciantes sucumben al encanto de las musas de la arquitectura colonial reproduciendo y vendiendo una arquitectura historicista instantánea, escenográfica, hollywoodesca, tan falsa como un billete de quince pesos, queriendo de alguna manera complacer y hacer sentir a propios y extraños que han llegado a México, que sus horas de camino han valido la pena; aún en el extremo más oriental del país; ignorando la historia local.
Dentro de las escenografías teatrales mencionaré 4 ejemplos representativos que trataron de aparentar una arquitectura “colonial” en una ciudad incomprendidamente moderna por sus propietarios y muchos conciudadanos:
Las plazas de estilo californiano del empresario Carlo Venezia, en una de ellas funcionó el restaurante “Jalapeños” y en la otra “La Farándula”(demolida en nov. 2018); el edificio “Mare Nostrum” donde funcionó el restaurante “La Tratoria de Arturo”, las tres en la zona hotelera, sobre el boulevard Kukulcán; y por supuesto la mejor puesta en escena o montaje en la zona fundacional de Cancún: “Plaza Bonita” construida en 1987, en la Sm. 28, sobre la Av. Xel-Ha, que ha gozado de un relativo éxito a pesar de las crisis por la que ha pasado Cancún.
Y tú…¿Conoces más de estos edificios? Coméntanos aquí abajo.